Atención en la Conducción

23.02.2020

La conducción es una actividad compleja, basada en una continua secuencia de recepción de información a través de los sentidos. Con esa información recibida, actuamos en consecuencia.

El manejo del vehículo se convierte en una actividad casi automática del cuerpo que actúa sin pensar sobre los mandos del vehículo según la información obtenida y la que se obtiene momento a momento. Debido a esto, el control de los mandos no requiere mayor atención, sin embargo se necesita toda la atención posible para poder recibir la información actualizada en cada instante del entorno que nos rodea. La falta de esa información trae aparejado tomar una decisión incorrecta que deriva en un siniestro. La falta de conciencia del peligro hace pensar a los conductores que no nos va a pasar nada por apartar la atención momentáneamente. Es por esta razón, que un aspecto fundamental en la conducción segura es, sin dudas, la atención. Recordá que no se trata sólo de tu vehículo, debes tener en cuenta el entorno. Un mayor estado de alerta permite frenar antes y hacer movimientos más suaves. Mantén la vista en la ruta en busca de posibles peligros que no te tomen por sorpresa y aportarás a una conducción más segura. La distracción en la conducción es una de las principales causas de los siniestros de tránsito y el celular al volante ha sido catalogado como un distractor tecnológico de alta peligrosidad.

Salir temprano mejora la concentración, ya que estar apurado hace que te concentres en llegar temprano en lugar de manejar bien. Circular a un ritmo tranquilo y sensato además te proporciona el tiempo y la distancia necesarios para reaccionar ante cualquier incidencia que puedas encontrarse.

Y si salimos con tiempo podremos realizar las actividades pendientes que solemos hacer mientras manejamos como abrocharnos el cinturón, sintonizar la radio, conectar el móvil al cargador, etc. Por ello el primer paso de la conducción segura, previo a colocarse el cinturón, es salir con tiempo holgado.

El ambiente del vehículo debe ser el apropiado para que el conductor no se distraiga. Esto también es una responsabilidad de los pasajeros quienes en caso de hablar lo harán en conversación relajada. Viajar con amigos o familiares poco habituales es un factor de riesgo por el esfuerzo social al que se puede someter al conductor. Una actitud ociosa y despreocupada en exceso provoca la tendencia a la distracción. Un ambiente festivo, puede distraer y aislar al conductor de la realidad exterior. Por desgracia son habituales los accidentes de coches en los que viajan grupos de amigos.

La falta de atención o distracción puede estar producida por una inadecuada selección de estímulos externos o internos y por lo tanto derivan en una respuesta desajustada del conductor. Las conocemos como conductas interferentes (manipular la radio, encender un cigarrillo, utilizar el móvil, etc.) que explican un buen número de accidentes de tráfico. El consumo de alcohol tiene un efecto sobre el sistema nervioso central que provoca, entre otros, un aumento del tiempo de reacción, una afectación al juicio, al razonamiento y a la atención.

El primer paso para prestar más atención en la conducción es discernir entre la desatención de la distracción. La distracción en un conductor se produce cuando la atención se desvía de las actividades importantes vinculadas a la conducción segura hacia otros estímulos que entran a competir en ese momento. Esto es que mientras conducimos surgen estímulos que debemos responder, sin embargo, no todos los estímulos son importantes para la conducción segura y aquí aparece la distracción al prestar atención a estímulos irrelevantes. Por ello, debes estar atento al entorno que te rodea. El volumen demasiado alto de la radio también hace perder atención y aísla al conductor de la realidad. Hay que recordar que a través del oído se percibe mucha información exterior. No te limites a escuchar la radio y vigilar la presencia de inspectores viales: mantén la vista en la ruta en busca de posibles peligros que no te tomen por sorpresa. Sin embargo, aunque se mantenga la vista sobre la carretera, hay ciertas actividades que captan demasiada atención del pensamiento y durante las cuales se deja de percibir bastante información. Estas actividades son hablar y tener una preocupación o emoción fuerte. Sobre la primera se tiene un control voluntario, y es responsabilidad del conductor dejar de hacerlo al menos de una manera intensa. Sin embargo sobre la segunda es mejor intentar relajarse antes de conducir o dejar que lo haga otra persona.

La desatención, en lugar de prestar atención a más estímulos como lo es la distracción, es al revés, cuando prestamos menos atención y surge como resultado de la fatiga, sueño o de una conducción monótona (como puede ser la llamada ruta del desierto).


El hábito de la atención permanente puede afianzarse recordando consejos como los comentados, e intentando convertirlos en costumbres. Puede ayudar el dedicar unos instantes, antes de iniciar cada viaje, a reflexionar sobre lo que puede ocurrir si se pierde la concentración en la conducción y tomando una actitud responsable.

En los siguientes links, puede obtener mas información relacionada al tema

Nicolas Brunori, Calle Gral. A. Tiscornia 144 piso 1° dpto. "C", S.C. Bariloche, Rio Negro, Argentina, (+54) 9294 462 8006
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