El problema de tener las borlas colgando

17.03.2025

En la rutina diaria de muchos conductores, colgar objetos como borlas, del espejo retrovisor es una práctica común, ya sea como una forma de personalizar el vehículo o por razones sentimentales. Sin embargo, lo que parece una costumbre inofensiva, puede convertirse en un riesgo significativo para la inseguridad vial. Elementos como llaveros, figuras, ambientadores o incluso peluches pueden obstruir la visibilidad y distraer al conductor, lo que aumenta las posibilidades de un hecho vial.

Uno de los problemas asociados con colgar objetos del espejo retrovisor radica en la obstrucción de la visibilidad, un factor crucial para prevenir hechos viales. Incluso los objetos más pequeños, como un llavero o un ambientador, pueden bloquear porciones importantes del parabrisas, dificultando la capacidad del conductor de observar otros vehículos, peatones o señales de tránsito. Mucho mayor es el tema cuando el objeto es grande como un peluche, un rosario con estampita o un barbijo (muy común en la pandemia). En la conducción, cada detalle cuenta. Un mínimo obstáculo puede hacer que el conductor no perciba a tiempo un peligro inminente, como un vehículo que se aproxima o una señal de tránsito crucial.

Este riesgo aumenta cuando los objetos colgados no solo bloquean la visión, sino que se balancean o generan una sensación de inestabilidad, un objeto grande o voluminoso que se balancea a la altura de los ojos puede desviar la atención del conductor de lo realmente importante: el camino. Dependiendo del tipo y tamaño del objeto, el riesgo de estar involucrado en un hecho vial puede aumentar considerablemente. La distracción es otro peligro asociado a los objetos colgados. Muchos conductores no se dan cuenta de que un simple movimiento del objeto frente a sus ojos puede desviar su atención de la vía. Por ejemplo, si un objeto grande o voluminoso empieza a balancearse, podría hacer que el conductor pierda concentración en un momento crítico, como al tomar una curva o al acercarse a una intersección.

Además de la obstrucción visual y la distracción, el peso de los objetos colgados puede ejercer presión sobre el soporte del espejo retrovisor, comprometiendo su estabilidad. Los espejos retrovisores están diseñados para soportar el peso del propio espejo, pero cuando se agregan elementos pesados, el adhesivo que lo fija al parabrisas puede debilitarse con el tiempo y desprenderse inesperadamente. Imaginemos por un momento que se circula por una ruta tranquila y, de repente, esos amuletos o adornos colgados del espejo retrovisor se desploman de golpe. La sorpresa inmediata puede generar pánico, lo que provoca una reacción impulsiva y pone en peligro el control del vehículo. Además se perdería la visibilidad hacia la parte trasera del vehículo, lo que pone en riesgo la seguridad al cambiar de carril o al realizar maniobras de retroceso.

Lo más peligroso de tener las borlas colgadas es cómo la mente humana reacciona al movimiento constante de los objetos colgados. Inicialmente, el conductor puede notar su movimiento, pero con el paso del tiempo, su mente tiende a adaptarse a esos estímulos repetitivos. El objeto colgado se convierte en parte del paisaje visual, y el cerebro deja de procesarlo de manera activa. Esto puede generar una falsa sensación de seguridad y dificultar la capacidad del conductor para percibir cambios o peligros en el área que rodea el retrovisor. Un movimiento cercano al objeto colgado, que en una primera instancia podría haber llamado su atención, ahora pasa desapercibido, aumentando el riesgo de cometer un error.

La legislación argentina establece que los conductores deben asegurarse de que tanto el vehículo como su campo visual se encuentren en condiciones adecuadas para garantizar la seguridad vial. Aunque el artículo 39 de la Ley Nacional de Tránsito N° 24.449 no menciona explícitamente la práctica de colgar objetos del espejo retrovisor, la norma subraya la importancia de mantener la visibilidad clara y libre de obstrucciones. A nivel internacional, las leyes de tránsito son más estrictas: en países como España y Estados Unidos, se penaliza específicamente esta práctica cuando interfiere con la visibilidad del conductor.

Es fundamental que los conductores comprendan los riesgos asociados con esta costumbre, incluso si parece inofensiva. Colgar objetos del espejo retrovisor no solo afecta la visibilidad, sino que también puede distraer al conductor, dañar la integridad del vehículo y aumentar los riesgos de un hecho vial. Para garantizar la seguridad en la vía, es esencial evitar esta práctica y mantener el campo visual despejado en todo momento.

En resumen, la seguridad vial depende de la capacidad del conductor para reaccionar rápidamente ante cualquier peligro. Los objetos colgados en el espejo retrovisor, aunque parezcan inofensivos, pueden disminuir esa capacidad al obstruir la visibilidad, distraer y alterar la percepción del conductor. Evitar esta práctica no solo contribuye a la seguridad del conductor, sino que también protege a todos los usuarios de la vía.

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