Conducir Descalzo
Todavía se pone en duda si se debe conducir descalzo o no, y esto es debido a que no hay nada legislado dejando las conclusiones a la experiencia propia. Muchos piensan que porque han conducido un par de veces sin tener accidentes o sufrir riesgos inminentes pueden manejar descalzos sin problemas. Este pensamiento es el mismo de pensar que porque conduje con una pierna enyesada hasta la rodilla o con un cabestrillo, sin haber percibido amenazas inminentes, entonces se podría conducir así.

Al conducir, los pies realizan una serie de movimientos cortos, muy rápidos y precisos entre los pedales del vehículo. Como la forma de la planta del pie es curva estos actos mecanizados pueden verse afectados conduciendo con los pies descalzos no teniendo un buen agarre. Por ello, se tensan los músculos de los dedos del pie para que apriete parejo el pedal y mover el pie con sus músculos tensos lleva más tiempo que moverlo relajado. En cambio, la suela del zapato permite un contacto con los pedales más uniforme y resulta más efectivo en caso de tener que reaccionar rápido o con brusquedad. Este retardo es casi imperceptible a nuestros sentidos ya que estamos hablando del orden de un cuarto de segundo (0,25s) y por ello resulta lógico, que la sensación de velocidad de movimiento del pies sea la misma la de estar calzado normal o descalzo. Un ejemplo concreto de las consecuencias de este retardo imperceptible es que si estamos circulando a 40 km/h y estando descalzos recorreremos por el retardo de reacción una distancia de 2,8 m. En principio, esta distancia puede parecer poca, pero si para detenernos a la velocidad de circulación necesitamos 7 m, nos estaría faltando una distancia del 39,7% por lo que tendremos menos de dos tercios de distancia para frenar y terminaríamos impactando a 25 km/h en lugar de llegar a detenernos. Como se ve, estaríamos frenando a menos de la mitad de la velocidad con la que veníamos circulando y es por eso que circular descalzo es tan peligroso y nos cuesta percibirlo.
Del mismo modo, hay otros efectos que pueden ocurrir que contribuye a que el retardo sea aún mayor. Por ejemplo, apretar un pedal puede requerir de una fuerza de hasta 15 kgf y conducir descalzo puede causar algún pinchazo o pequeño dolor por la presión concentrada en una parte puntal del pie con alguna parte sobresaliente del pedal y como acto reflejo de este pequeño dolor, el pie tiende a aflojar la presión sobre el pedal causando mayor retraso aún o no llegando a apretar del todo a fondo. Otra dificultad que acarrea estar descalzo, es que el pie en contacto con el cubre pedal de goma comienza a transpirar y al estar húmedo dificulta la adherencia con el pedal pudiendo resbalar. Como hemos dicho, en situaciones normales, no sería tan importante, pero la situación empeora si se tiene que frenar en un momento crítico.
Por otro lado, conducir descalzo tiene su componente antihigiénico, ya que los pedales están en contacto con las suelas de los zapatos que a su vez, están en contacto con la suciedad del piso. Entonces, al exponer el pie con los pedales la suciedad puede provocar infecciones u hongos.
Otro desatino que trae aparejado conducir descalzo, es dejar el par en el piso debajo del asiento del conductor. Esta acción puede ocasionar que ante una frenada, un salto de badén o un pendiente hacia abajo, el calzado se deslice para delante, debajo de los pedales pudiendo trabarlos y ocasionando acciones no deseadas.
Además, todas estas dificultades que provoca conducir descalzo, a su vez, provocan un aumento de las distracciones al volante y una situación de estrés, motivada por una conducción incómoda. El resultado es una reducción de la concentración del conductor y un evidente aumento del riesgo de accidente.
Ante el impacto, el calzado evita lesiones por golpes o roces con elementos del vehículo. El pie debe estar bien sujeto en su interior, sin llegar a comprimirlo en exceso y sobre todo, evitar que este suelto. Para evitar el calor y la transpiración, es recomendable que los materiales del conjunto calzado y medias, sean respirables. Debe actuar adaptándose a todos los movimientos que realizamos, de los cuales muchos de ellos necesitan ser lo más rápidos posibles cuando vamos al volante.
En cuanto a lo legislativo, la ley de tránsito Nacional de Argentina (ley 24.449), como en la mayoría de los estados de EEUU o en los países de Europa, no está expresamente indicado que está prohibido conducir descalzo. Sin embargo, según el artículo 19 inciso c del decreto 326/2018, que complementa la ley 9.024 de Seguridad Vial de la Provincia de Mendoza, establece que "los conductores deberán hacer uso de calzado apropiado para el manejo y control total de los pedales de embrague, freno y acelerador del vehículo a su mando. Se entiende por calzado apropiado aquellos de tipo cerrado o que, siendo abiertos, sujeten la parte anatómica dorsal, plantar y lateral, con suela antideslizante que permita la sujeción a la goma de recubrimiento de los pedales". Por este motivo, si circulas por la provincia de mendoza, deberías usar calzado bajo apercibimiento de ser multado.
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