Ventajas de la conducción Gentil
A la hora de conducir bien no basta con tener habilidades sobresalientes para manejar a gran velocidad, o tener una técnica que permita sacar lo mejor de tu auto, sino que además hace falta ser gentil. Y esta cualidad que suele ser la que poco se enseña en las academias de conducción, es quizás la más importante de todas. ¿por qué?. porque no solo brinda seguridad a tu vehículo, sino también a los demás vehículos que te rodean. De nada sirve doblar en una esquina a 80km/h sin volcar ni chocar si en la maniobra causas que otros se asusten y hagan movimientos involuntarios que produzcan que un tercero choque. De ese choque, aunque quizás nunca te enteres sos partícipe necesario (o coautor), ya que sin tu maniobra no hubiera ocurrido nada.
Ser gentil es considerado como una norma no escrita de urbanidad. Se dice que alguien es gentil cuando es amable, cortés y educado en relación con el trato personal con los demás. En la conducción, estas tres cualidades de ser gentil son importantes:
Ser amable en la conducción permite dejar el paso a los demás, o dejarle el paso al peatón. Recordá que no se trata sólo de tu vehículo en la calle, también se trata del entorno tanto geográfico, climático, como de los vehículos que te rodean.
Ser cortés en la conducción es el reconocimiento de las normas viales que se consideran como correctas o adecuadas en atención a los demás. Por ejemplo, cuando se pone el guiño al doblar, se está avisando a los que te rodean que vas a realizar esa maniobra dándole tiempo para pensar como acompañarte en esa maniobra de acuerdo a tu aviso. Otra conducta similar es la de girar el volante con firmeza pero gradualmente, evitando movimientos bruscos para que los que te rodean no se sobresalten y reaccionen de manera que produzcan otros accidentes. Por eso debes manejar la dirección y los frenos con cuidado y anticipación. Un mayor estado de atención a los demás redunda en un mayor estado de alerta que permite frenar antes, y con un movimiento más suave.
Ser educado en la conducción es conocer las normas y respetarlas. De nada sirve ser amable y cortés si no se está educado. Por eso la educación es la principal cualidad de estas tres que termina de darle dirección a las otras dos. Un ejemplo concreto puede ser la velocidad máxima permitida (sobretodo en los barrios donde hay niños jugando), o la prioridad de paso ya que si uno posee la información equivocada puede cruzarse a velocidad elevada en forma amable y cortés sin darse cuenta que se está equivocando. Si usted está leyendo este artículo, ya se está educando, y la educación debe ser permanente porque todo el tiempo se aprende cosas nuevas.
Si juntamos estas tres cualidades en la conducción realizamos una conducción segura. Es por eso que una conducción gentil hace a una conducción segura en el tránsito. En otras palabras, las acciones gentiles permiten facilitar las relaciones interpersonales y la buena convivencia; en la conducción no es la excepción.
En la conducción gentil, la alta velocidad está reservada a las pistas de carreras, sin embargo circular a un ritmo tranquilo y sensato le proporciona el tiempo y la distancia necesarios para reaccionar ante cualquier incidencia que pueda encontrarse. Además evita ruidos molestos de aceleradas que molestan el entorno.
Con este tipo de conducción, se está atento al entorno que te rodea no te limitas a escuchar la radio y vigilar la presencia de radares de velocidad, sino que mantienes la vista en la ruta y estando atento a los demás, se está atento a posibles peligros que no te tomen por sorpresa.
Recuerda ser gentil al manejar y por añadidura tendrás en cuenta el entorno, mejorarás tu concentración y tu nivel de alerta cuando estés al volante, y así tus destrezas mejorarán en consecuencia y contribuirás cada día a un tránsito más seguro.
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