La bicicleta no es sólo un juego
Andar en bicicleta es una de las cosas más divertidas que puede hacer un niño en la infancia. Como padres, nos limitamos a enseñarles a andar sin rueditas porque pensamos que la bicicleta es un juego de niños. Sin embargo, no es sólo eso, sino que también es la primera oportunidad de un niño en conducir y por eso debemos enseñarles con seriedad aunque sea divertido.
El niño en sus primeros días de conducción comienza a crear hábitos que luego se trasladan en la conducción de autos y/o motos cuando sea grande. De aquí que es muy importante que aprenda a respetar las normas. Si usted le enseña a su hijo a que no utilice el casco, ¿porque lo va a utilizar cuando use la moto? O si ignora el casco que es para su exclusiva seguridad ¿porque no ignorar el cinturón de seguridad que tiene la misma función?. Por el contrario, un hábito saludable y seguro que puede aprender es el de frenar o colocar la mano sobre el freno cuando se aproxima a la esquina. Este hábito, al crecer, se transforma en colocar el pie sobre el freno al aproximarse a la bocacalle. El hábito no es determinante, pero favorece un comportamiento que puede ser correcto o equivocado. Si un niño, se ríe del señalamiento vertical, sólo porque es niño, de adulto tendrá que hacer un esfuerzo para romper ese mal hábito al cual está favorecido.
Es por esto que como adultos, debemos enseñarle a los niños a usar casco, incluso dentro de un lugar donde no haya tráfico, porque el uso de casco en los menores, no solo lo protege de los posibles impactos en la cabeza, también le enseña que si un elemento es por seguridad se debe usar por más que sea incómodo y además le crea el hábito de usarlo.
El respeto al peatón también es otra lección para enseñarle al niño. Los chicos entre los 4 y 10 suelen andar por la vereda donde circulan peatones y muchas veces son los peatones quienes deben esquivar al niño. Modificar este hábito puede ser saludable, enseñar que el niño es quien debe respetar al peatón, ya sea andando por la derecha, regulando la velocidad, avisando con el timbre o que en caso de posible choque sea el propio niño quien esquive y no al revés.
En el caso del señalamiento vertical, debería enseñarsele al niño cuando es peatón, pero se refuerza la enseñanza también con la bicicleta, ya que el niño debe esperar en las esquinas a que el semáforo lo habilite para cruzar la calle. Lo mismo ocurre con el señalamiento horizontal, porque el niño debe cruzar por la senda peatonal y no por cualquier lado.
Todos estos buenos hábitos inculcados desde la niñez mejoran la salud vial de una población. La mejor forma de hacerlo, es mostrarle siempre el buen ejemplo, enseñar las reglas y respetarlas.
Por todo esto, es que la bicicleta no es sólo un juego, es el primer acercamiento a la conducción y como adultos responsables, debemos ser conscientes de ello para asegurar su porvenir.
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