Conducir con una mano
Conducir con una mano puede producir una sensación de control del vehículo, sin embargo es todo lo contrario... no llevar las dos manos en el volante supone perder capacidad de reacción y no podrás maniobrar tan rápido si la situación lo requiere ante determinados imprevistos. Además, imposibilita reconducir la marcha ante una pérdida de control, provocando un volantazo y/o efecto tijera en el caso de conducir un vehículo con remolque.
Al contrario de lo que se podría pensar, sujetar el volante requiere de una técnica adecuada, los errores en su operación generan cansancio, pérdida de control y aumentan el riesgo de accidente de tránsito.
Las manos han de colocarse sobre el volante, sujetándolo con firmeza pero sin tensión, con los brazos ligeramente flexionados (ver cómo sentarse en el vehículo). No es algo establecido pero con las manos deben estar en los extremos laterales del aro del volante (se le suele decir 9:15 aludiendo a las agujas del reloj). El verdadero objetivo que hay que tener en cuenta es que la posición nos permita un correcto control sobre el volante sin obstáculos en nuestro giro y ofreciendo la máxima celeridad en la ejecución de nuestras maniobras. Con esta posición lo brazos están más en paralelo, permitiendo más profundidad al momento de mover el volante. Al mismo tiempo, nos asegura medio giro del volante sin que se crucen nuestros brazos. Esta empuñadura es más segura en caso de un choque, ya que nuestros brazos irán hacia afuera y no hacia nuestra cara cuando se despliegue el airbag. Con esta posición de las manos podremos esquivar, volver para el otro lado o enderezar las ruedas rectas en forma rápida y segura.
A la hora de tomar las curvas, también hay que mantener las manos separadas por si nos encontramos con algún obstáculo en la curva que debamos esquivarlo. Para ello, el método de tirar y empujar, es el que permite doblar con las garantías de reacción mientras mantienes ambas manos en contacto con el aro. En este método el volante se debe tomar con el puño cerrado envolviendo el volante, los brazos se ubican estirados y la muñeca se dobla sobre la parte superior del volante, permitiendo que se puedan flexionar, evitando que se tensionen. El ejemplo concreto de éste método es que si tenemos que doblar a la derecha, llevaremos la mano derecha a la parte superior del volante y con esta lo giramos mientras que la mano izquierda la mantenemos en su lugar dejando que el aro resbale por nuestra mano, una vez la mano derecha alcanza su máxima posición para doblar, comenzamos a empujar con la mano izquierda hasta que lleguemos con ella a la parte superior del recorrido (sin cruzar con el brazo por delante del airbag) mientras dejamos resbalar la mano derecha volviendo a su posición anterior. Si hace falta mas giro del volante, se repite esta operación hasta donde sea necesario.

¿Cuando solemos usar una mano para conducir?, a pesar de que la mayoría del tiempo lo hacemos con ambas manos en el volante, hay muchos momentos en que conducimos con una mano sin darnos cuenta. De hecho hubo varios accidentados que en el pequeño momento de estar con una mano en el volante, sufrieron un hecho vial que no pudieron controlar (por tener una mano en el volante) y terminó en un hecho fatal. Ejemplos típicos es cuando comemos o tomamos mate (así murió Tamara Castro), cuando sintonizamos la radio (así murió Carlos Monzón), cuando fumamos en el auto (así murió Adrián Otero). También hay malas costumbres adquiridas que cada vez se ven menos, como conducir con una mano apoyada en la palanca de cambios o el brazo izquierdo apoyado en la ventanilla o el brazo derecho en el apoyabrazos del asiento (si lo trae). Todas estas costumbres reducen la capacidad de maniobrar.
Por otro lado, no debemos exagerar y no despegar la mano del volante por ningún motivo, es importante llegar a todos los mandos del vehículo. Se puede dejar una mano sobre el volante cuando se hacen los cambios, poner los limpiaparabrisas o encender las luces. Sin embargo, inmediatamente después, hay que colocar nuevamente las dos manos sobre el volante.
Conducir con una sola mano puede ser muy vistoso, pero trae aparejado riesgos innecesarios como al tomar de forma intempestiva un bache u obstáculo, hace que se pierda fácilmente el control sobre el volante y para evitar que esto pase, se agarra demasiado fuerte provocando cansancio en la mano y al rato otra vez poco control en el volante. Otro riesgo innecesario es que al girar el volante, se cruza el brazo por delante de la bolsa de aire que en caso de activarse nos pega violentamente en la cara. Durante el giro, se suele usar la palma de la mano que al no estar sujeto firme, se puede perder el control o realizar maniobras erráticas por más que el sistema de asistencia de la dirección la suavice.
Como hemos visto, no llevar las dos manos en el volante puede suponer no reaccionar a tiempo ante determinados imprevistos. Y es que se pierde precisión en la conducción. Las manos deben colocarse sobre el volante, sujetándolo con firmeza pero sin tensión, con los brazos ligeramente flexionados (para evitar que en caso de impacto frontal se disloque el hombro).
Finalmente, se aconseja no cambiar el volante original del vehículo, ya que variarán las condiciones para las cuales fue pensado y probado el sistema de dirección en cuanto a la seguridad activa (desplazamiento y esfuerzo requerido para accionarlo) y pasiva (colapso de la columna de dirección y apertura y tamaño de la bolsa de aire).