Fumar y conducir
Si bien no es aconsejable fumar, mucho menos lo es hacerlo mientras se conduce.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) remarca que el consumo de tabaco es uno de los principales factores de riesgo de varias enfermedades crónicas, como el cáncer y las enfermedades pulmonares y cardiovasculares. También ha planteado que se prohíba fumar en coches donde haya niños, donde Inglaterra y Francia lo han adoptado.
Por un lado, porque el vehículo es un lugar cerrado que genera fumadores pasivos. Por otro lado, el cigarrillo es uno de los distractores internos que están naturalizados y que por lo tanto subestimamos.
El fumar, disminuye la capacidad de concentración y es que cuando fumamos no estamos completamente atentos a lo que ocurre a nuestro alrededor ya que prestamos atención al consumo de su ceniza o a no quemarnos los dedos o no quemar el tapizado, entre otras distracciones. Encender un cigarrillo, nos quita la atención y la vista del camino por unos 4,1 segundos. En ese tiempo recorremos casi 137 metros (si vamos a 120 km/h) sin ver el camino, que es más de una cuadra y una distancia suficiente para salirse del camino o no percibir un imprevisto a tiempo.
Además, al estar fumando perdemos la eficacia de una mano, teniendo que sujetar el volante con una o con una mano y media. Frente a la necesidad de una maniobra brusca, esto demora el tiempo de la maniobra, pudiendo ser vital. En esta situación se circula entre 6 y 8 kilómetros ya que tardamos en fumarlo entre 3 y 4 minutos (si seguimos yendo a 120 km/h).
Conjuntamente, al fumar conduciendo se crea monóxido de carbono, lo que lleva a una mala oxigenación. Esta situación provoca mayor cansancio, irritabilidad, somnolencia y dolor de cabeza. Todo ello, facilita la disminución de los reflejos y la capacidad de reacción, aumentando aún más el tiempo de la maniobra.
El humo del cigarro también afecta nuestra visibilidad al conducir, ya que por un lado irrita los ojos y por el otro disminuye la transparencia del aire en el habitáculo. De noche, este efecto es más notorio.
Hasta aquí hemos mostrado todos los puntos desfavorables pero no queda en la teoría, en la práctica, tenemos el caso del accidente de tránsito de Adrián Otero, donde se presume que la pérdida de control de su vehículo se dio por encender o apagar un cigarrillo.
Pero si usted es fumador no se preocupe, para estos casos, puede fumar antes de subirse al auto y en caso de sentir la necesidad de fumar durante la conducción, es recomendable detener el vehículo, de forma que se garantice la máxima seguridad suya, de todos los pasajeros del auto y del resto de usuarios de la vía pública.
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